La tecnología no solo se aplica para facilitar nuestra interacción pragmática con la realidad, sino que crea su propia realidad, no solo tecnológica, sino también económica, cognitiva y social.
Si el desarrollo tecnológico crea sus propios entornos de realidad, ya no hay un marco fijo de lo real sobre el que aplicarlo. Por lo tanto el cambio tecnológico no solo depende del progreso o eficiencia tecnológicos sino de representaciones, creencias y deseos sobre la realidad social en la que van a intervenir pragmáticamente, modificándola. Lo enunciados tecnológicos expresarán las intenciones y preferencias de sus diseñadores y/o promotores y, por ello, tendrán un carácter eminentemente normativo.
La función cognitiva de las TICs radica en que al ser la comunicación la herramienta básica para el aprendizaje esta se transforma en el vehículo que forma y estructura los conceptos compartidos de una comunidad.
El análisis filosófico tradicional ha primado el contenido sobre la forma en el análisis de los lenguajes de comunicación, apoyándose en la seguridad metafísica de un nivel universalizable del entendimiento humano al que toda información era traducida. Sin embargo hoy en día las investigaciones en ciencia cognitiva ponen de manifiesto la necesidad de superar racionalidades únicas fundadas en determinaciones cognitivas abriendo la explicación a esquemas basados en la necesidad de entender al individuo y su situación en el contexto social y material determinado. Desde esta perspectiva, los artefactos que nos rodean pasan a ser parte de nuestro instrumental cognitivo, prolongaciones que aumentan nuestras posibilidades y modelan mediante el aprendizaje y adaptación dinámicas, nuestras propias herramientas cognitivas internas (Clark, 1997) (Hutchins, 1995) (Simón H, 2006)
Si la comunicación posibilita nuestro desarrollo y socialibilización dentro de una sociedad particular mediante la adquisición de conceptos y creencias compartidas; si las formas comunicativas en la que adquirimos dichos contenidos modelan nuestras capacidades cognitivas; entonces nuestras capacidades para la comprensión del entorno social que nos rodea se configuran mediante un proceso dinámico de adaptación a ese entorno y a sus lenguajes.
Las TICs se han insertado en las sociedades como mecanismos básicos para la comunicación y, por lo tanto, para la transmisión de contenidos y estructuras, además de configurar nuevos lenguajes y entornos para dicha transmisión.
La tecnología como creadora de realidad
La tecnología posee una dimensión creativa insoslayable. El tecnólogo se ocupa en la exploración de nuevas soluciones técnicas que faciliten las distintas actividades humanas. El tecnólogo no sólo crea soluciones técnicas, sino que esas soluciones generan actividades nuevas relacionadas con su uso que, a su vez, reclaman nuevas tecnologías que las faciliten, las amplíen e, incluso, las hagan mas transparentes. Por lo tanto se crean dos niveles de análisis: la tecnología como solución y la tecnología como generadora de actividad humana. El análisis necesita de una perspectiva global que cohexione marcos conceptuales que sean capaces de dar cuenta de la dependencia e influencia de la tecnología en la compleja estructura articulada de elementos sociales, institucionales y éticos.
El valor de la técnica se determina en función de que sus soluciones amplíen las posibilidades pragmáticas de intervención en la realidad (Olivé, 1986) (Broncano,1988). Se busca la producción de artefactos técnicos cuya eficacia depende de su funcionalidad. La técnicas organiza sus actividades en torno a la creación de posibilidades de intervención pragmática en una realidad que, en muchos casos, las propias soluciones técnicas están modificando. El desarrollo temporal de la tecnología recrea su propia ontología a todos los niveles, pues sus objetos cambian la propia realidad en la que se llevan a cabo las intervenciones. Esta re-creación no esta sujeta, en principio, a ninguna metodología objetivadora (más bien está sujeta al muy subjetivo campo de las intenciones y proyecciones de sus diseñadores.
La tecnología no solo es condición técnica de posibilidad de su existencia, sino que sustenta todo un paradigma teórico-comercial para difusión de la de la información.
Puesto que el diseño y la aplicación de las tecnologías de la información dependen de acciones técnicas es necesario extraer el contenido de estas acciones para poder comprender el verdadero alcance de "eficiencia" y el "progreso" que articula la valoración de las TICs.
Si el desarrollo tecnológico crea sus propios entornos de realidad, ya no hay un marco fijo de lo real sobre el que aplicarlo. Por lo tanto el cambio tecnológico no solo depende del progreso o eficiencia tecnológicos sino de representaciones, creencias y deseos sobre la realidad social en la que van a intervenir pragmáticamente, modificándola. Lo enunciados tecnológicos expresarán las intenciones y preferencias de sus diseñadores y/o promotores y, por ello, tendrán un carácter eminentemente normativo.
La función cognitiva de las TICs radica en que al ser la comunicación la herramienta básica para el aprendizaje esta se transforma en el vehículo que forma y estructura los conceptos compartidos de una comunidad.
El análisis filosófico tradicional ha primado el contenido sobre la forma en el análisis de los lenguajes de comunicación, apoyándose en la seguridad metafísica de un nivel universalizable del entendimiento humano al que toda información era traducida. Sin embargo hoy en día las investigaciones en ciencia cognitiva ponen de manifiesto la necesidad de superar racionalidades únicas fundadas en determinaciones cognitivas abriendo la explicación a esquemas basados en la necesidad de entender al individuo y su situación en el contexto social y material determinado. Desde esta perspectiva, los artefactos que nos rodean pasan a ser parte de nuestro instrumental cognitivo, prolongaciones que aumentan nuestras posibilidades y modelan mediante el aprendizaje y adaptación dinámicas, nuestras propias herramientas cognitivas internas (Clark, 1997) (Hutchins, 1995) (Simón H, 2006)
Si la comunicación posibilita nuestro desarrollo y socialibilización dentro de una sociedad particular mediante la adquisición de conceptos y creencias compartidas; si las formas comunicativas en la que adquirimos dichos contenidos modelan nuestras capacidades cognitivas; entonces nuestras capacidades para la comprensión del entorno social que nos rodea se configuran mediante un proceso dinámico de adaptación a ese entorno y a sus lenguajes.
Las TICs se han insertado en las sociedades como mecanismos básicos para la comunicación y, por lo tanto, para la transmisión de contenidos y estructuras, además de configurar nuevos lenguajes y entornos para dicha transmisión.
La tecnología como creadora de realidad
La tecnología posee una dimensión creativa insoslayable. El tecnólogo se ocupa en la exploración de nuevas soluciones técnicas que faciliten las distintas actividades humanas. El tecnólogo no sólo crea soluciones técnicas, sino que esas soluciones generan actividades nuevas relacionadas con su uso que, a su vez, reclaman nuevas tecnologías que las faciliten, las amplíen e, incluso, las hagan mas transparentes. Por lo tanto se crean dos niveles de análisis: la tecnología como solución y la tecnología como generadora de actividad humana. El análisis necesita de una perspectiva global que cohexione marcos conceptuales que sean capaces de dar cuenta de la dependencia e influencia de la tecnología en la compleja estructura articulada de elementos sociales, institucionales y éticos.
El valor de la técnica se determina en función de que sus soluciones amplíen las posibilidades pragmáticas de intervención en la realidad (Olivé, 1986) (Broncano,1988). Se busca la producción de artefactos técnicos cuya eficacia depende de su funcionalidad. La técnicas organiza sus actividades en torno a la creación de posibilidades de intervención pragmática en una realidad que, en muchos casos, las propias soluciones técnicas están modificando. El desarrollo temporal de la tecnología recrea su propia ontología a todos los niveles, pues sus objetos cambian la propia realidad en la que se llevan a cabo las intervenciones. Esta re-creación no esta sujeta, en principio, a ninguna metodología objetivadora (más bien está sujeta al muy subjetivo campo de las intenciones y proyecciones de sus diseñadores.
La tecnología no solo es condición técnica de posibilidad de su existencia, sino que sustenta todo un paradigma teórico-comercial para difusión de la de la información.
Puesto que el diseño y la aplicación de las tecnologías de la información dependen de acciones técnicas es necesario extraer el contenido de estas acciones para poder comprender el verdadero alcance de "eficiencia" y el "progreso" que articula la valoración de las TICs.
Agrego:
Cuando la tecnología permite tanta funciones deja de ser una mera herramienta para convertirse en un vehículo de comprensión y aprehensión de la realidad. La tecnología se convierte en portadora y transmisora de interpretaciones de la realidad y, por tanto, de valores. .
Faltaria definir mas cosas